Mi Tierra
Mi Tierra
Siempre te he amado como a la única.
Yo nunca tuve unos ojos tan en el fondo
Te apellidas bruma.
Retazos de lluvia como vidrio lírico,
poemas de agua tan fría
como el adiós que vendrá.
Aún llevas la ira del mar por bandera
y declamas montes,
como rimas de hierba.
Me acoges con tanta serenidad
como cuando eras pasto de remotas batallas.
Me observas desde las faldas de la luna
y me cantas,
a ritmo de humedad varada
Siempre te he amado como a la única.
Una escueta chispa de tu mirada
desanda todos los pasos del verano.
Eres una dama
ajada por ráfagas de carbón,
filones de noche que cuentan
tus desafortunadas memorias.
En el entramado de hojas que te sella el vientre,
guárdame un secreto.
Escúchame en silencio
y luego echa el cerrojo a tu voz,
para exiliarme el alma
Yo nunca tuve unos ojos tan en el fondo
como los que me estudian entrañas adentro.
Pestañean con una densidad tan verde
como la que se coagula
en el seno de tus valles.
Y una sílaba de tus pupilas
me devuelve un atisbo de plenitud.
Yo nunca tuve besos tan míos
que me desbordasen el curso de las venas,
y me midiesen el mundo
en roces de labios.
Yo nunca tuve los sueños tan viejos
ni el recuerdo tan enfermo de futuro
que a cada instante tuyo,
añoro el siguiente.
Ahora,
recién ocupada por un súbito plenilunio
espero…
estancada en tus dedos,
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